1.Vas a fracasar…y esta bien. No vas a hacer
todo de la manera correcta. De hecho, en muchos casos vas a fallarle a
tu pastor, a tus jóvenes, y a sus padres. Va a haber momentos cuando te
enojas, cuando no respondes bien, o cuando algo sale mal en algún
evento. Por todo lo que haces para evitar el fracaso, estoy seguro que vas a tener algunos problemas en tu ministerio.
Sin embargo, tus fracasos no te hacen un fracaso. Un buen emprendedor no es el que nunca falla; es aquel que sabe reaccionar
bien a las fallas.
2. No tienes todas las respuestas…y no las tienes que tener.
Muchos piensan que los emprendedores tiene todas las respuestas. Hay mucha presión para que los lideres emprendedores tengan todas las respuestas de todas las preguntas que todos
les hacen en todo momento. Nadie te dice que no tendrás todas las
respuestas. El liderazgo no se trata de tenerlas; se trata de saber
dónde buscarlas y depender de Dios para dárselas a los que las buscan.
3. No verás muchos resultados…pero estás haciendo una diferencia.
Los líderes juveniles que quieren ver resultados inmediatos se van a
desanimar rápido. He platicado de esto mucho, y puedes leer muchos de
mis pensamientos sobre el deseo de lograr muchas cosas en mucho tiempo.
Al comenzar en el ministerio juvenil, nadie te dice que muchos de los
resultados de tu arduo trabajo no se ven, y si se ven, no es hasta
muchos años después. Esto no significa que no estas haciendo una
diferencia en la vida de tus chicos o de sus familias. Solo significa
que muchas veces, el impacto del ministerio juvenil tarda tiempo en
salir a la luz.
4. No lo puedes hacer sólo…y no deberías. A los
buenos líderes nos gusta hacer muchas cosas y estar ocupados. Creemos
que podemos hacerlo todo y que nuestro esfuerzo nos va a ganar un premio
en el cielo. Nadie te dice que como líder de jóvenes, tu trabajo no es
hacerlo todo. No deberías andar tan ocupado que no tienes tiempo para otras cosas. Una de las prioridades de los líderes debe ser producir mas líderes, y esto no pasa si estamos ocupados en hacerlo todo.
5. Habrá días cuando ya no quieres seguir…pero no te puedes darte por vencido.
Cuando empiezas en el liderazgo juvenil, todos están felices con tu
deseo de servirle al Señor. Elogian tu decisión de ministrar y te dan
muchos aplausos. Después de algunos meses, los aplausos y elogios ya no
son tan comunes, especialmente después de las veces cuando no tienes las
respuestas o después de uno o dos fracasos. En estos momentos, nadie te
dice que no te puedes dejar por vencido. Si Dios te ha llevado a este
punto y estas seguro de que te ha llamado a servir a la juventud, tienes
que seguir adelante. El desanimo en el ministerio es una realidad, pero
el desanimo muchas veces viene del enemigo porque quiere hacer algo
para desviar a los que están haciendo una diferencia para el reino de
Dios.
Hay otras cosas que nadie te va a decir sobre el ministerio
juvenil, y estoy seguro de que después de pasar tiempo en el ministerio,
veras que estas cosas son ciertas. Te animo a pensar en las cosas que
hubieras querido que alguien te dijera antes de comenzar el ministerio
juvenil. Cuentaselas a alguien que esta en el ministerio para ayudarles.
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