Al momento de nacer, las crías de pulpo, miden solamente 3 mm, sus brazos tienen únicamente tres ventosas. Con ayuda de un microscopio y gracias a su transparencia se puede observar el movimiento conjunto de sus tres corazones bombeando sangre a su cuerpo gelatinoso.
La madre ha cuidado afanosamente de la puesta. Encerrada en una pequeña cueva de cuyo techo pendían los racimos de huevos, ha dedicado los últimos tres meses de su vida a limpiarlos y mantenerlos aireados. La hembra jamás abandonó la puesta, ni siquiera para ir en busca de alimento. Muere por agotamiento al producirse la eclosión de los huevos. Pese a sus esfuerzos, solamente eclosionará un diez por ciento de los 100.000 huevos que conformaban la puesta. Al momento de la eclosión una nube de 10.000 diminutos pulpitos transparentes rodean el cuerpo de la hembra.
Los científicos coinciden en que los primeros alimentos de estas crías son, generalmente larvas de peces. Pero, ¿es casual que la madre muera al momento exacto de producirse la eclosión? ¿ni un minuto antes, ni un minuto después? Su vida agotada por el esfuerzo y la falta de alimento encontró el final justamente en ese exacto momento ¿sólo porque sí?. ¿Su cuerpo rico en proteínas será abandonado a los depredadores mientras que una nube de crías busca alimento desesperadamente?.
Aún se cree que es posible que el primer alimento de estos pequeños pulpos sea el cuerpo de su propia madre.
¿Es eso autosacrficio por amor?
La Biblia si habla de alguien quién murió por amor, para que nosotros tuviésemos el primer alimento espiritual. El pan de la vida. De la Vida Eterna. Jesús es el pan de la vida. Murió por tí y por mí. ¿Vives entonces para él?
Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Entonces mucho más, habiendo sido ahora justificados por su sangre, seremos salvos de la ira de Dios por medio de El.
Porque si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por su vida. Romanos 5:8-10
lunes, 14 de marzo de 2016
sábado, 12 de marzo de 2016
Lider
¿Sabía usted que la Biblia no menciona ni una sola vez la palabra “líder”? Sin embargo en muchos pasajes, si podemos encontrar la palabra siervo. ¿Será que Dios quiere decirnos algo, sobre la característica primordial que debe tener un verdadero líder?
El liderazgo no es un concepto nuevo, pero si se ha puesto muy de moda. Y a pesar de ser el término del momento, se ha desvirtuado mucho desde las palabras de Jesús, relatadas en el evangelio de Marcos. Muchos de los líderes actuales buscan mas servirse a sí mismo, que servir a los demás. Y es precisamente sobre esto que Jesús está hablando: “Aquel que desee autoridad, ha de estar dispuesto a servir a los demás”. La palabra griega utilizada en este pasaje, para servidor es diakonos (διακουία). Esta palabra era utilizada para personas que tenían el honor de servir a otros. Y para poder hacerlo debían tener una serie de requisitos, entre ellos ser honestos; respetables; no ser codiciosos e irreprochables. ¿Cuántos de nuestros líderes actuales pueden cumplir con esta lista de requisitos? Pareciera una lista simple, pero el estándar que tiene cada uno de esos términos, es en sobremanera elevado.
Cuando miramos a Jesús, vemos en su persona el fiel reflejo del autentico líder. El atractivo de su figura de liderazgo, radica en que se interesaba genuinamente en la gente. Jesús mismo, siendo la encarnación de la divinidad, no vino a ser servido, sino que escogiendo el camino del servicio, se despojó de sus derechos como Dios y con humildad vino a servir a quienes lo necesitaban. Precisamente de eso se trata el servicio, se trata de humildad. Reconocer que servir a los otros no te denigra como persona, es una forma de demostrar que no se es más que nadie, que no hay barreras. Pienso que se trata de compartir la carga. Cada persona que ostente un puesto de autoridad, debería aprender y poner en práctica este modelo de liderazgo que nos enseñó Jesús. Aunque hacer lo que Jesús nos enseña si se ha convertido en un concepto nuevo en estos días.
¿Así que ambicionas liderazgo y autoridad? Pues bien ambicionas, pero recuerda que el camino para ello es el servicio. Debes estar dispuesto a servir más que ordenar. Las personas tienen de sobra gente que quiera darles ordenes, pero gente que esté dispuesta a servir, de esos hay pocos. La autoridad y el liderazgo no se reclaman, el respeto de los demás debes ganarlo, con la humildad que solo el servicio puede dar.
Nota: Me refiero a la versión Reina Valera 1960. En otras versiones más actuales y de lenguaje sencillo sí se utiliza.
El liderazgo no es un concepto nuevo, pero si se ha puesto muy de moda. Y a pesar de ser el término del momento, se ha desvirtuado mucho desde las palabras de Jesús, relatadas en el evangelio de Marcos. Muchos de los líderes actuales buscan mas servirse a sí mismo, que servir a los demás. Y es precisamente sobre esto que Jesús está hablando: “Aquel que desee autoridad, ha de estar dispuesto a servir a los demás”. La palabra griega utilizada en este pasaje, para servidor es diakonos (διακουία). Esta palabra era utilizada para personas que tenían el honor de servir a otros. Y para poder hacerlo debían tener una serie de requisitos, entre ellos ser honestos; respetables; no ser codiciosos e irreprochables. ¿Cuántos de nuestros líderes actuales pueden cumplir con esta lista de requisitos? Pareciera una lista simple, pero el estándar que tiene cada uno de esos términos, es en sobremanera elevado.
Cuando miramos a Jesús, vemos en su persona el fiel reflejo del autentico líder. El atractivo de su figura de liderazgo, radica en que se interesaba genuinamente en la gente. Jesús mismo, siendo la encarnación de la divinidad, no vino a ser servido, sino que escogiendo el camino del servicio, se despojó de sus derechos como Dios y con humildad vino a servir a quienes lo necesitaban. Precisamente de eso se trata el servicio, se trata de humildad. Reconocer que servir a los otros no te denigra como persona, es una forma de demostrar que no se es más que nadie, que no hay barreras. Pienso que se trata de compartir la carga. Cada persona que ostente un puesto de autoridad, debería aprender y poner en práctica este modelo de liderazgo que nos enseñó Jesús. Aunque hacer lo que Jesús nos enseña si se ha convertido en un concepto nuevo en estos días.
¿Así que ambicionas liderazgo y autoridad? Pues bien ambicionas, pero recuerda que el camino para ello es el servicio. Debes estar dispuesto a servir más que ordenar. Las personas tienen de sobra gente que quiera darles ordenes, pero gente que esté dispuesta a servir, de esos hay pocos. La autoridad y el liderazgo no se reclaman, el respeto de los demás debes ganarlo, con la humildad que solo el servicio puede dar.
Nota: Me refiero a la versión Reina Valera 1960. En otras versiones más actuales y de lenguaje sencillo sí se utiliza.
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